Yo era uno de esos que les daba pereza la clase de matemáticas, todos esos números, signos, símbolos... Pero a medida que los años transcurren comprendemos la importancia de las matemáticas en nuestra vida cotidiana, las matemáticas intervienen en todo lo que nos rodea. Nada podría concebirse si los números no existiesen. Por esa razón quiero compartir con ustedes esta curiosa información sobre la Espiral de Fibonacci.
Todo comenzó con un problema de cría de conejos. Era el siguiente:
Cierto hombre tenía una pareja de conejos juntos en un lugar cerrado y uno desea saber cuántos son creados a partir de este par en un año cuando es su naturaleza parir otro par en un simple mes, y en el segundo mes los nacidos parir también.
Leonardo de Pisa (1170-1240), un matemático italiano, describió una fórmula como solución a este problema de la cría de conejos, La Espiral de Fibonacci. Se trata de una progresión numérica en la cual el siguiente número es el resultado de la suma de los dos anteriores es decir, 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144…
Así vemos que:
Como puedes ver en la imagen, el número de parejas a lo largo de los meses coincide con los términos enunciados en la sucesión. Más simplificado: la secuencia sirve para conocer el número de parejas conejos que habrá en doce meses y también para saber si estos se reproducen continuamente, así como si cada pareja de conejos produce una nueva pareja de conejos (un macho y una hembra). Cada conejo se puede cruzar a la edad de un mes, siendo su periodo de gestación un mes.
Pero todo no es números y operaciones. Aparentemente, podría resultar una serie matemática cualquiera, sin más relevancia, pero no. Además de ser muy importante en la aplicación de diversas teorías (ciencias de la computación, matemáticas, configuraciones biológicas y teoría de juegos), es muy curioso y no deja de llamar la atención, como esta serie aparece constantemente en la naturaleza. Los podemos observar por ejemplo: En los huracanes, algunas galaxias, en las piñas del girasol, también aparece en las relaciones entre altura y ancho de los objetos y personas que aparecen en las obras de Miguel Ángel, Durero y Da Vinci. En las ramas de los árboles, en la flora de la alcachofa. En partes corporales de seres humanos y animales, como es el caso de: la relación entre la distancia del hombro a los dedos y la distancia del codo a los dedos o la relación entre las articulaciones de las manos y los pies...
Dicen que una imagen vale mas que mil palabras, y que mejor que un vídeo explicativo para que observen de que les hablo.
Fuente:Quo.
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